Todo se vuelve a decir por primera vez

La historia vuelve, pero nunca de la misma manera. El teatro es un espacio donde las palabras y los cuerpos trazan caminos nuevos sobre huellas antiguas. Hay espectáculos que, en su momento, nos sacudieron y abrieron preguntas que aún hoy resuenan. Refugi fue uno de ellos. Y por eso volvemos.

Lo vimos por primera vez hace más de veinte años, dirigido por Oriol Broggi, en la Sala Beckett. Clara Segura, Pau Miró, Mar Ulldemolins y Rafa Cruz, luminosos, llenaban el escenario con el texto de Jessica Goldberg: incisivo, frágil, implacable, abriendo grietas en la idea de familia.

Ahora, en 2025, Refugi vuelve a escena, pero la mirada es nueva. Mònica Molins, como una perla más, toma el relevo en la dirección. Cuatro actores jóvenes, cuatro nuevas voces, se ponen en la piel de los cuatro personajes, y todo vuelve a decirse por primera vez.

Refugi nos sacude porque ataca uno de los fundamentos de nuestra sociedad: la familia. Pero no la familia como opción, sino como imposición, como deber. Nos han enseñado a creer en ella sin cuestionarla, a sostenerla sin fisuras. Pero ¿es eso lo que queremos? ¿O vivimos por inercia? Goldberg nos empuja a mirar ese pilar del bienestar con otros ojos, a escuchar su crujido.

Eres tan egoísta. Tú no pasas todo el día sola. Tú no tienes que pensar que nadie te querrá nunca, que nunca tendrás novia, que te quedarás sola, siempre sola, y que te dolerá el cuerpo al levantarte, y que a veces ni siquiera puedes hacer pis —y si lo haces, entonces el pis es tu amigo por un momento, y después está ahí, en el váter, y ya está.

A veces hay que atravesar la incomodidad para ver con claridad.

Refugi podrá verse solo durante cuatro semanas en el Teatre La Biblioteca. Volvamos a vivirlo juntos.

Todo se vuelve a decir por primera vez