Somos una compañía, somos una productora,
somos un teatro.
La Perla 29 es un espacio de creación libre, una emoción, un momento de tragar saliva.

La Perla 29, la libertad del teatro

• Referentes y estética
  Decía Salvador Espriu que encaraba cada poema como un zapatero ante un par de zapatos, sabiendo que en la dedicación y la artesanía residía toda la verdad de su oficio. Es desde esta dedicación y artesanía que nace el teatro de La Perla 29. seguir leyendo

  Un teatro de tradición, que bebe de los grandes textos clásicos, de los grandes directores contemporáneos, con mirada propia y manteniendo un diálogo vivo con el presente –porque, al fin y al cabo, el teatro, el arte efímero por excelencia, no tendría ningún valor si no dialogara constantemente con su presente, con su contexto, y lo cuestionara–.

  El teatro es nuestra manera de mirar el mundo y de hablarle, de compartir grandes historias que tienen la fuerza de llegar al alma, sean de las más antiguas o de las más contemporáneas. Para explicarlas, nuestro teatro se basa en el actor, en cuidar la programación, el espacio, el público, los textos, la estética y el juego con el artificio.

  Esta manera de hacer de La Perla 29 está marcada por referentes estéticos e ideológicos que nos proponen nuevas formas de relacionarnos con las contradicciones que tenemos. El teatro del Arte ha sido durante el siglo XX uno de los referentes más asumidos por las grandes compañías. Para La Perla también ha sido una gran influencia, un punto de partida para crecer y trabajar de una manera más cercana, donde el espectador es cómplice del proceso, el trabajo con los actores es minucioso y la experiencia final de la obra recoge los diferentes conocimientos. Un teatro próximo, detallado y basado en el intérprete, que nace del intercambio en todos los ámbitos, otro rasgo muy singular de La Perla 29.

  Desde el teatro de Peter Brook a nivel estético, hasta la propuesta del Teatre Lliure, que nace como teatro privado, pero siempre con vocación pública y de servicio a la ciudadanía. A ellos y a otros creadores, la compañía les debe mucho y es gracias a todo este bagaje, que La Perla ha ido construyendo su paisaje, su imaginario íntimo, buscando los matices y entendiendo el teatro a la manera de Espriu ante su poema.

  Nos define una estética de la proximidad que pone el acento en cada detalle de la experiencia del espectador desde el preciso momento en que atraviesa las puertas del teatro. Esto se respira y se nota en el espacio, el personal, en la constelación de actores y actrices que trabajan con nosotros, en la gestión rigurosa y amable, en el público que se reencuentra y en un espíritu de juego que nos hace volver una y otra vez al teatro.

  Desde los inicios, hemos apostado por un teatro de repertorio, nos hemos acercado sin complejos a los grandes textos, y con una mirada particular, sin miedo a las palabras de los grandes dramaturgos, hemos hecho montajes de Shakespeare, Rostand, Chejov, Molière... Buscamos las formas escénicas para explicar estas grandes historias sin aditivos, respetando la fuerza del texto y el juego teatral que cada autor propone.

  Otra línea de trabajo que seguimos consiste en llevar a escena textos no teatrales acompañados por otras disciplinas artísticas, en las fronteras entre géneros, a partir de textos que nos han inspirado más allá del teatro; obras de autores como Stefan Zweig, John Berger, Svetlana Aleksiévitx, Tolstoi, Irene Solà... entre muchos otros.

  Estas dos vertientes han convivido con los nuevos lenguajes de la escena. Desde el trabajo audiovisual de Cels i Assedegats de Wajdi Mouawad, la búsqueda creativa de 28 i mig, o el entendimiento entre la música mediterránea con textos capitales como Bodas de Sangre o L’orfe del clan dels Zhao, o el trabajo coreográfico de El Poema de Gilgamesh...

  Detrás de cada montaje, como un paisaje de fondo, hay la voluntad de hacer un teatro cercano. Cercano y complejo. Relacionarnos con la vida a través del arte, sin eliminar las dificultades, sino buscando mecanismos para compartirlas. "El dolor filtrado por el arte puede convertirse en belleza, y nos puede ayudar a comprenderlo".

• Calidad de la producción artística Entendemos cada espectáculo como una mezcla indisoluble de arte y de producción; uno crece con el otro y se definen mutuamente. seguir leyendo

  La Perla 29 es, ante todo, una manera de hacer: un rigor en la gestión, una producción cuidadosa y atenta, una acogida festiva, la curiosidad insaciable y un amor infinito por la escena. Hemos generado un sistema de producción propio y sostenible que está al servicio de la creación artística. Se basa en el rigor de los procesos, la proximidad en la comunicación, la innovación en las herramientas de gestión y, sobre todo, la implicación de estos elementos con los procesos de creación. Este modelo nos ha hecho y definido, creando un sello propio. Ha facilitado un punto de encuentro entre profesionales de diferentes sectores culturales y ha consolidado una estructura estable, capaz de asumir grandes retos teatrales con fuerte proyección pública.

  La actividad de La Perla 29 está centrada en producciones propias, tanto dentro como fuera del Teatre La Biblioteca. A lo largo de una temporada se producen y estrenan alrededor de 4 espectáculos, de los cuales entre 1 o 2 son creaciones y direcciones de Oriol Broggi. Además, participa en coproducciones que se exhiben en el mismo teatro y también en otros espacios. Finalmente, La Perla 29 asume la producción ejecutiva de otros espectáculos y acoge proyectos, artistas o compañías diversas, que se suman a nuestra manera de hacer y a nuestra línea estética y discursiva; entendiendo que este es un buen valor de transformación.

  Actualmente, la producción artística de La Perla trabaja en desarrollar tres aspectos más concretos: el cuidado de la dirección y programación artística ligada al Teatre La Biblioteca, extender esta manera de hacer más allá del Teatre La Biblioteca descubriendo más voces de creadores emergentes, y hacer crecer el proyecto en el ámbito internacional, tanto exportando nuestro teatro como lanzando procesos artísticos transfronterizos en Cataluña. Hablamos del mundo y hablamos con el mundo.

  En todos los espectáculos, sean del tipo que sean, aplicamos nuestro modelo de gestión teatral, y esto ha consolidado una estética propia ampliamente celebrada por el sector profesional, por el público y por la crítica.

• El Teatre La Biblioteca La experiencia teatral comienza en todo lo que rodea el espacio de representación; desde el edificio hasta todos los lugares que el espectador pisa tienen importancia a la hora de construir nuestro proyecto teatral.seguir leyendo

  El espacio define un teatro. Y un teatro, como bien explicaba Fabià Puigserver, "será siempre, un combate entre la realidad y la ficción. El mismo edificio teatral será sometido a las tensiones de esta lucha, de esta dialéctica física y emocional. Un espacio teatral no es solo un ámbito arquitectónico estructurado y fácilmente definible en metros, superficies, alturas y capacidades. Es también y ante todo un espacio de sueño indefinido, perdido en el tiempo."

  Este sueño indefinido, perdido en el tiempo, ha sido para La Perla 29, desde el inicio, una lucha constante. El espacio que hemos creado, el Teatre La Biblioteca, es el primer escalón de lo que nos proponemos ofrecer; nos ha permitido construir un discurso, crear una relación directa con el espectador, una estética concreta y una gestión del tiempo, que han sido fundamentales y uno de los distintivos de la compañía. De aquí nace todo lo que rodea nuestra manera de entender las artes escénicas y procuramos que el público forme parte de esta relación de estima y cuidado, de sorpresa e imaginación emancipada.

  Para hacerlo, hemos querido superar la disposición del teatro a la italiana –que tiene al público en platea y un escenario elevado–, y dar la vuelta algunas certezas instaladas. Gracias al espacio del Teatre La Biblioteca hemos tenido ocasión de adaptar los montajes al lugar donde los hemos creado; la disposición escénica es determinante en cada espectáculo y la rediseñamos para cada ocasión.

  Para acabar de entender mejor qué representa el Teatro La Biblioteca para La Perla, nos hacemos nuestras las palabras del director francés Jean-Luc Lagarce, "Debemos preservar los espacios de la creación, los espacios lujosos del pensamiento, los espacios de lo superficial, los espacios donde se inventa lo que aún no existe, los espacios de interrogación sobre el pasado, y de cuestionamiento. Son nuestra propiedad más preciosa, nuestras casas, las de todos y cada uno. Los impresionantes edificios de la certeza definitiva sobran, así que dejemos de construirlos. La conmemoración puede ser algo vivo, el recuerdo también puede ser feliz o terrible. No hay que murmurar el pasado o pasar de puntillas sobre él. Nuestro deber es hacer ruido. Debemos conservar en el centro de nuestro mundo el espacio para nuestras incertidumbres, el espacio de nuestra fragilidad, de nuestras dificultades para decir o escuchar. Debemos permanecer en la duda, ante los discursos violentos de las lógicas económicas. Los espacios del Arte pueden alejarnos del miedo y cuando se tiene menos miedo, se es menos malo."

  La Perla tiene la voluntad de ser más que un espacio, un lugar de encuentro donde el pensamiento y el arte intercambien dudas y certezas, donde se pueda voltear la realidad y al mismo tiempo analizarla. Un espacio de pensamiento y cultura que trabaje las veinticuatro horas del día.

• La Ciudad Creemos que nuestra contribución como espacio teatral y de encuentro cultural debe ser esta: aportar una capa poética a lo que nos pasa colectivamente.seguir leyendo

  Ahora y aquí. No podemos desligar la realidad escénica de su contexto histórico, ni de su entorno espacial. Barcelona, el barrio del Raval donde está situado el Teatre La Biblioteca, muestran una sociedad llena de contrastes y de cambios. La ciudad, como se ha entendido históricamente, cuenta con los teatros como infraestructuras fundamentales de su planteamiento y como herramientas para su constante replanteamiento.

  La sociedad necesita alma. Se necesitan referentes que sepan hacerla crecer y explicarla. La creación artística aporta metáforas que sacuden lo que se está quedando estancado, imágenes que nos hacen ir más allá, para que la sociedad pueda regenerar sus vínculos y regenerarse a sí misma. Que nos haga tomar perspectiva y sentido crítico, emocionarnos, identificarnos, cuestionar, recordar, abrazarnos y vivir la cultura con tanta diversidad de voces como personajes pueblan la escena.

  El papel que ha tenido el teatro como motor de transformación social no ha sido el mismo a lo largo de la historia, pero sí que ha estado siempre presente: una herramienta para despertar y hacer crecer a los ciudadanos que tiene cerca (ayudándolos a buscar sus deseos, a planear sus dificultades). Por ello, desde La Perla 29 entendemos que la ciudad necesita nuevos espacios donde poder mostrar propuestas y donde poder trabajar mirando hacia adelante. Para sentirnos vivos es necesario que haya siempre nuevos retos, nuevas perspectivas y maneras de ver las cosas.

  El teatro no debería permitirse habitar solo espacios convencionales, espacios que se explican por sí mismos. Receptáculos entendidos de entrada por parte del público general. Espacios reglados. La cultura debe vivir en todo tipo de espacios, debe aflorar por la ciudad, debe entrar en diálogo con arquitecturas diferentes y debe suponer un reto constante para los espectadores. Pensamos en espacios efímeros, en expresiones que cambiarán de uso o tal vez de formato. Esto nos obliga a imaginar más, a encontrar retos que motiven los procesos de creación e inciten al debate por el impacto que dejan en los ciudadanos. Imaginar hace ir a buscar cosas nuevas por debatir y construirnos de argumentos para convencer a políticos y sociedad civil. Esto no siempre es fácil porque los resultados no son tan claramente asignables, no son tangibles a priori, y quizás por eso, a veces, da la sensación de que no tienen un rédito cuantificable.

  La ciudad nos mira, es cierto, pero nosotros también miramos a la ciudad, y la cuestionamos y nos preguntamos cómo queremos que la realidad escénica conviva con la realidad social. No debemos dejar de ensayar y de presentar propuestas escénicas: el teatro es un "arma cargada de futuro". En este sentido, la programación debe tener un ritmo, una dramaturgia y en definitiva debe explicar un relato a través de una serie de espectáculos a lo largo de una temporada y de unas actividades que no son propiamente escénicas, pero que se proyectan desde el teatro hacia la sociedad, y que dibujan, al cabo de los años, una mirada concreta al mundo.

  Volviendo –una y otra vez– a las palabras de Lagarce: "Una sociedad, una ciudad, una civilización que renuncia al Arte, que se aleja de él en nombre de la cobardía, de la pereza inconfesable, de la falta de perspectiva adormecida sobre sí misma, que renuncia al patrimonio del mañana, al patrimonio del devenir, para contentarse, en la autosatisfacción más devota, con los valores que cree haber forjado y que en realidad simplemente ha heredado, esta sociedad renuncia al riesgo, se aleja de su única verdad, olvida por anticipado construir su futuro, renuncia a su potencial, a su palabra."

• El público El espectador es nuestro interlocutor, nuestro compañero de dudas y deseos. Nuestro público proviene de diferentes partes del mundo y tiene imaginarios muy diversos..
  seguir leyendo

  Nuestras ficciones se completan en la mente y el corazón de los espectadores, de la misma manera que nuestro teatro ha llegado hasta donde ha llegado gracias a su seguimiento incansable y su apuesta generosa.

  Y nosotros nos dirigimos a ellos a través del sentimiento, la palabra, el ritmo y todas las herramientas teatrales que tenemos a nuestra disposición.

  Decíamos que el teatro es uno de los espacios de encuentro de los que dispone la ciudad, que es un lugar donde puede definirse más ampliamente porque se reúne gente que quiere imaginarla diferente. En este sentido, el espectador es un ciudadano activo que llevará los contenidos y las nuevas formas vividas dentro del teatro a otros ámbitos, como una digestión lenta y a menudo imperceptible, cuyos efectos son imprevisibles.

  El papel que juega nuestro público es clave: nuestras ficciones se completan en la mente y el corazón de los espectadores, de la misma manera que nuestro teatro ha llegado hasta donde ha llegado gracias a su seguimiento incansable y su apuesta generosa.

  Todo esto solo puede entenderse con una relación directa con el espectador. Las propuestas de La Perla 29 han tenido buena acogida desde el principio y hemos ido creando un público asiduo que sigue las programaciones y las sostiene. Siempre buscamos conectar con él, desde el primer momento en que pensamos en las nuevas propuestas hasta la organización de actividades paralelas donde vamos creciendo juntos nuestra manera de vivir el teatro.

  Esta relación ha generado un público que se ha ido sintiendo cada vez más cerca de La Perla hasta que en el año 2013 dio lugar al nacimiento de la Asociación de Espectadores de La Perla 29, #AsSocPerla. Con una gran cantidad de miembros asociados y seguidores, la #AsSocPerla aporta un valor incalculable y amplía la oferta cultural de La Perla 29, proponiendo conferencias, jornadas, visitas, espacios de reflexión y debate, entre muchas otras iniciativas. A lo largo de los años, esta asociación se ha convertido en una matriz cultural donde formarse más ampliamente como espectador, apostar por el espíritu crítico y formar parte del impulso y la manera de hacer de La Perla 29.

• El teatro que soñamos Un impulso incansable y siempre emocionante nos lleva a hacer nuevos espectáculos, a lanzar nuevos proyectos, nuevas reuniones culturales y artísticas. Es el impulso de hacer el teatro que soñamos.seguir leyendo

  Al principio dijimos que el teatro de La Perla 29 se basa en los intérpretes. Ya hemos hablado del espacio, del público, de los textos, de una estética concreta, del éxito de una gestión que ha logrado situar esta forma de hacer como un sello propio. Pero todo esto se sostiene por la fuerza del actor, que es quien sale y se enfrenta al público de manera directa y con el mínimo de aditivos posibles.

  Con los años, La Perla ha aglutinado un grupo de actores y actrices que no son una compañía, pero que viven en el entorno del proyecto, como una constelación. Esta relación nos ha hecho crecer, con la eclosión de Incendis y hasta ahora. De alguna manera todo lo que la compañía había estado trabajando últimamente culminó en una nueva forma y creció más allá de sus propios límites. La Perla 29 estamos en constante búsqueda de nuevas formas, manteniendo el estilo como punto de partida, pero nunca como frontera o limitación. Es el impulso de hacer el teatro que soñamos, del cual quizás, al final, solo quedará un recuerdo de belleza.

  Soñamos un teatro ligado a la gente, a un equipo que suma maneras de hacer, un teatro que va imprimiendo estéticas, con una programación como rasgo diferencial, con un ADN que haga girar cada obra, cada actividad; con un mensaje que se pueda dar al público. Un teatro que no deje perder la medida humana para que deje entrever todo su proceso de creación.

  Un teatro que desde el nivel artesanal permita elevar las emociones hasta los niveles más altos.

  Un teatro de ideas y de carne.

  Un teatro, que, partiendo de estas ideas, se instale en un edificio que ha borrado visiblemente las barreras. Un edificio libre donde todo sea posible.

  Un teatro de verso y de imagen.

  Un teatro de oficio y necesario.

  Un teatro alegre, fresco, esperanzado y, sobre todo, esperanzador.

  Un teatro riguroso y en libertad.

  Como dice Ingmar Bergman en la película Fanny y Alexander: "Allá afuera, al otro lado de estas paredes, está el mundo, el mundo real, grande, inmenso. Y a veces este mundo nuestro de aquí dentro logra reflejar el mundo grande de allá afuera de manera que lo podemos entender mejor. Y tal vez podemos lograr que las personas que nos vienen a ver olviden durante unos breves instantes, quizás unos segundos, un momento fugaz, la dureza del mundo exterior. Y eso seguramente ya vale la pena. Nuestro teatro es... un espacio, pequeño y estrecho, de orden, de rutina, de conciencia y de cariño.